Descubre 9 formas de aumentar la productividad cuando trabajas desde casa con una enfermedad crónica.
Por Trishna Bharadia, paciente colaboradora
Mientras escribo esto, los términos «autoaislamiento», «distanciamiento social» y «cuarentena en casa» se han convertido, casi de la noche a la mañana, en términos cotidianos de nuestro vocabulario. Personas de todo el mundo tienen que adaptarse a nuevas formas de vivir y trabajar.
Como alguien que ya ha estado trabajando desde casa durante muchos años debido a los arreglos que he tenido que hacer por tener EM, esta «nueva normalidad» es una realidad que ya está integrada en mi vida cotidiana.
Soy traductora y analista de una empresa de Business Intelligence . Traduzco la prensa de negocios del español al inglés para ayudar a las empresas a desarrollar sus estrategias. Llevaba trabajando en la empresa cuatro años cuando me diagnosticaron EM y ya llevo casi dieciséis años.
Uno de los motivos por los que he podido seguir trabajando a tiempo completo es porque he pasado de estar en la oficina a estar en casa. Esto se debió a mis síntomas: la fatiga hacía cada vez más difícil ir al trabajo y estaba afectando seriamente a mi productividad. La transición fue gradual, empecé a trabajar dos días desde casa y seguí así durante varios años, hasta teletrabajar los cinco días de la semana.
¿Qué me ha ayudado a trabajar de forma eficaz desde casa? Estos son mis mejores consejos para mantenerse productivo y sano si te encuentras en la situación de tener que trasladar tu oficina a casa.
En términos de disciplina, intento tratar el trabajo desde casa de la misma manera que al estar en la oficina . En circunstancias normales, muchos de nosotros no podemos acudir a la oficina cuando nos gustaría ni a diferentes horas cada día. No debería ser diferente cuando trabajas desde casa. Tus horas de trabajo pueden cambiar, por ejemplo, para adaptarse a cuando seas más productivo y teniendo en cuenta la falta de un desplazamiento. Sin embargo, debes intentar seguir el mismo horario todos los días. Hacer esto no solo te ayudará a entrar en la «zona de trabajo», sino que también ayudará a otras personas que vivan contigo a comprender cuándo no deberías ser molestado.
A diferencia de hoy, cuando empecé a trabajar desde casa, no teníamos la amplia gama de herramientas digitales que nos permiten llevar la oficina a nuestros hogares sin problemas. Hoy en día, utilizo aplicaciones de intercambio de información como Zoom, Slack, Yammer, Office 365, Google Calendars, Skype (por mencionar algunas) para coordinarme con los miembros del equipo, permanecer conectados y facilitar el acceso en remoto a los servidores de la empresa.
Si tienes dudas sobre algo «tecnológico», no tengas miedo de pedir ayuda. Hay mucha información y asesoramiento ahí fuera, ya sea el departamento de IT de la organización para la que trabajas o la ayuda de las redes sociales (creo que LinkedIn puede ser especialmente útil cuando se trata de preguntas tecnológicas relacionadas con empresas).
Por último, la clave para poder utilizar correctamente estas herramientas es disponer de una conexión de banda ancha rápida y estable, y una señal WiFi buena (si no puedes conectarte directamente a tu rúter).
La ergonomía es tan importante en casa como en la oficina. Asegúrate de tener los equipos y los dispositivos correctos que te permitan adoptar buenas prácticas de trabajo. Esto puede incluir una buena silla de escritorio, un reposamuñecas para el teclado y un protector de pantalla si trabajas principalmente en un ordenador. Si estás mucho tiempo al teléfono, puedes incluir auriculares y un dispositivo de manos libres. Si convives con EM, como yo, puede haber herramientas específicas que necesites debido a tus síntomas. Por ejemplo, si tu destreza manual no es buena, el software de dictado ayudará a reducir la necesidad de escribir.
Si es posible, intenta tener el espacio de trabajo en un área independiente de la casa con mucha luz natural. Yo tengo una pequeña oficina en casa. Si no es posible y estás trabajando en un dormitorio o en la mesa del comedor, intenta diferenciar entre el «tiempo de trabajo» y el «tiempo de ocio » organizándote de forma diferente cuando estés trabajando. Puedes hacer esto guardando tu portátil y todos los papeles de trabajo cuando hayas terminado.
Si tienes un despacho en casa, procura que sea en un ambiente agradable en el que estar. Yo he decorado el mío con fotos, diplomas y otras cosas. Me encanta sentarme ahí.
Cuando mis amigos se enteraron de que trabajaba desde casa, muchos pensaron que iba a estar disponible para charlar o quedar con ellos cuando quisiera. Mi familia también pensó que, si necesitábamos algo en casa, como que se hiciera la revisión de la caldera, podía «tomarme un descanso» para hacerlo.
Si bien, trabajar desde casa puede dar mayor flexibilidad a algunas personas, dependiendo de las horas de trabajo y del tipo de trabajo, no es necesariamente el caso de todo el mundo. Tengo mi horario de trabajo establecido y entre esas horas espero que no me molesten más de lo que lo harían en la oficina.
Establece unos límites para que puedas trabajar cuando lo necesites.
Puede ser muy fácil verse atrapado por el trabajo cuando se está en casa. No tienes la oportunidad de levantarte y de hablar con un compañero, caminar a otro departamento para obtener información o incluso de darte una vuelta hasta la máquina expendedora para comprar un aperitivo. Salvo que haga un esfuerzo consciente por parar mi trabajo, puedo perder fácilmente la noción del tiempo.
Siempre que sea posible, intenta moverte . Si llevo trabajando en mi ordenador un tiempo y necesito hacer una llamada telefónica, me levanto y me pongo a caminar mientras estoy hablando. Si el tiempo es bueno, salgo a dar un paseo de cinco minutos por el jardín. ¡Algo que haga circular la sangre y evite que se me duerman las piernas!
Puede ser tentador ir al frigorífico o a la despensa con mucha más frecuencia cuando estamos en casa. Sin embargo, es igual de importante tener una rutina con un horario laboral, como tener una rutina con lo que se refiere a comer y beber. Tengo horas establecidas para comer, y esto incluye comidas y aperitivos. No tengo aperitivos poco saludables a mano. Si no los compro, no tengo la tentación de comérmelos.
Una ventaja de trabajar desde casa es que no estoy tan preocupada por los problemas de vejiga que tengo como síntoma de la EM. Bebo mucho más ahora que cuando estaba en la oficina porque no tengo que preocuparme de si puedo ir al baño o no.
Cuando trabajaba en la oficina, las pausas para el café eran mucho más que simplemente tomar algo de beber. Eran un momento para ponerse al día con los compañeros y tener alguna interacción social. Esto desaparece cuando se trabaja desde casa y es muy fácil aislarse, especialmente si tu trabajo es bastante solitario. Puedo pasar fácilmente todo el día sin hablar físicamente con nadie del trabajo. No forma parte de mi trabajo.
Para reemplazar la falta de interacción social, establecer pausas virtuales para el café puede ser una buena forma de mantenerse al día con los compañeros. También me aseguro de asistir a todas las reuniones (aunque sean virtuales), incluso las opcionales. Esto hace que la gente recuerde que formo parte de la empresa . También hago un esfuerzo por desarrollar aficiones que me saquen de casa y para socializar con los demás.
Es importante poder desconectar cuando trabajas desde casa; de lo contrario, puedes sentir constantemente que estás disponible. Cuando haya terminado el día, apaga el ordenador, retira cualquier elemento relacionado con el trabajo y pon fin a tu día laboral. Algunas personas consideran que enviar un correo electrónico a los compañeros para decir que ha terminado su jornada laboral puede ser útil.
Apaga las notificaciones de los correos electrónicos de trabajo y, si tienes un teléfono móvil de trabajo independiente, ponlo en silencio o apágalo. Si no puedes hacerlo y llega algo, pregúntate: ¿ necesita realmente mi atención o puede esperar hasta mañana?
Tener tiempo para recargar las pilas es muy importante; de lo contrario, podrías acabar trabajando todo el tiempo.
Hay muchos consejos sobre lo «que se debe y no se debe hacer» en el trabajo desde casa. Sin embargo, no hay una solución que sea adecuada para todos. Muchas personas dicen que evitan trabajar en pijama, por ejemplo. Sin embargo, yo soy más productiva por las mañanas. Así que me levanto temprano y, de hecho, empiezo a trabajar en pijama. Después, me ducho y me cambio a última hora de la mañana, porque sé que necesitaré un descanso y algo para «despertarme» cuando comience la fatiga. No obstante, me doy cuenta de que algunas personas no se encuentran en disposición para trabajar a menos que se hayan duchado, vestido y desayunado..
Puede que haga falta practicar y equivocarse mucho, pero encontrar lo que a uno le funciona es clave para poder ser productivo en el teletrabajo a largo plazo.
Problemas de vejiga: https://www.mstrust.org.uk/a-z/bladder-problems
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